Conducta suicida en la adolescencia: ¿quo imus?: Artículo de Opinión de Hilario Blasco Fontecilla

Conductas autolesivas en niños y adolescentes en la era del vacío: ¿una pandemia silente?

Se torna complicado imaginar una situación que pueda ser más dolorosa que la muerte de un niño o adolescente por suicidio. Porque, ¿qué puede suceder en la vida de un menor para no querer continuar en este mundo? ¿Cuáles son las razones del incremento de los suicidios en adolescentes en algunos países del “mundo desarrollado”? ¿Cuáles son las razones detrás de la pandemia de autolesiones, uno de los principales factores de riesgo para el suicidio consumado, en los adolescentes de todo el mundo? Las causas del suicidio en los adolescentes son complejas. Pero el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 10 a 24 años (Glenn et al., 2020). De ahí que no se pueda obviar la magnitud del problema.

El estudio de la conducta suicida en los niños y adolescentes tiene numerosas particularidades (Blasco-Fontecilla, 2022*). La primera de ellas tiene que ver con el desarrollo del concepto de muerte. Es decir, sólo podemos considerar que la muerte de un menor es un suicidio, si el mismo tiene ya desarrollado el concepto de muerte como algo que es: 1) irreversible (no hay vuelta atrás); 2) universal (sucede en todos los seres vivos); y 3) no funcional (implica el cese de las funciones vitales) (Speece & Brent, 1984). La mayoría de los niños alcanzan la comprensión de los 3 componentes entre los 9-10 años. Así, no es de extrañar que el suicidio sea raro en los niños, y se incremente dramáticamente a partir de la adolescencia (Baetens, Decruy, Vatandoost, Vanderhaegen, & Kiekens, 2020). Los datos sugieren, además, que la tasa de suicidio en la adolescencia ha aumentado dramáticamente, al menos en la mayoría de países “desarrollados” en los últimos 10 años (Glenn et al., 2020). Eso sí, las diferencias en las tasas de suicidio en los adolescentes son muy acusadas, siendo Nueva Zelanda el país con una mayor tasa de suicidios en adolescentes, y España, el 2º que presenta una tasa menor. Asimismo, en la mayoría de los países estudiados, el método suicida más frecuente era el ahorcamiento. Y como sucede en la edad adulta, los suicidios son más frecuentes en el sexo masculino, mientras que los intentos de suicidio son más frecuentes en el sexo femenino.  

            Otras particularidades del suicidio en los menores son que: 1) se trata de personas en desarrollo; y 2) los seres humanos somos una especie social. Así, la falta de un desarrollo completo de su personalidad y del lenguaje impide a los menores aprehender la complejidad del mundo que les rodea, y tener un pleno desarrollo de mecanismos que les permitan enfrentarse adecuadamente ante determinadas contingencias. ¿Cómo podría entender un niño determinadas situaciones de maltrato o negligencia, particularmente cuando el mismo es ejercido por sus seres más cercanos, aquellos que se suponía debían ser su fuente principal de seguridad y amor? ¿Acaso nos debiera extrañar que los menores deseen su propia muerte cuando no se sienten queridos por sus familiares? Por otro lado, además de la familia, el grupo de iguales representa la principal fuente de gratificación, pero también de problemas, en la adolescencia. Así, el principal precipitante de cualquier conducta suicida en un adolescente es el acoso escolar o bullying. Así, no hay nada más doloroso para un menor que sentir el rechazo, ya sea familiar y/o social. De hecho, el impacto derivado del aislamiento social provocado por el COVID lo han sentido particularmente los adolescentes (Díaz de Neira et al., 2020)

            Asimismo, hay que destacar el impacto deletéreo del ciberacoso en los adolescentes. Las redes sociales pueden ser ángeles y/o demonios al mismo tiempo dependiendo del uso que se las dé. Las redes sociales tanto pueden servir para detectar a un menor en riesgo de suicidio y dar la voz de alarma, como servir de plataforma para el reto de la ballena azul o fomentar el ciberacoso. Así, en un estudio se revela como el efecto nocivo del ciberacoso parece ser mayor que el del acoso tradicional. Entre otras razones, porque dos de cada tres menores que sufren el ciberacoso sufren también de acoso tradicional, mientras que sólo un tercio de los que sufren acoso tradicional sufrirían a su vez de ciberacoso (Li, Wang, Martin-Moratinos, Bella-Fernadez, & Blasco-Fontecilla, 2022**). El acoso tradicional se terminaba en el medio escolar, pero el ciberacoso se extiende durante las 24 horas en la vida del adolescente.

Finalmente, todo este conocimiento sobre los factores de riesgo para el suicidio en los menores lo podemos usar para disminuir las tasas de suicidio. La adolescencia es un período crítico del desarrollo para la prevención e intervención sobre el suicidio (Glenn et al., 2020). Así, como sucede con los adultos, la restricción de acceso a métodos letales es una de las medidas más eficaces para la prevención del suicidio. Por otra parte, los programas de prevención del acoso escolar, como el programa Kiva, han demostrado su elevada eficacia en la reducción del mismo y de sus consecuencias (Huitsing et al., 2020). En definitiva, proveer a nuestros menores con un entorno caracterizado por las emociones positivas, prevenir el maltrato intra-familiar y el acoso escolar, y dotarles con un entorno seguro que les ayude a generar un sentido de pertenencia probablemente evitaría la mayoría de suicidios (Kalmár, 2013). Porque, como señalaba Victor Frankl, quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo.

Hilario Blasco Fontecilla.

Licenciado y doctor en Medicina. Psiquiatra especialista en la Infancia y Adolescencia en el Hospital Universitario Puerta de Hierro. Psiquiatra Consultor de ITA-CAS y Jefe del Grupo de Investigación Traslacional en Salud Mental del Instituto de Investigación Segovia de Arana-Puerta de Hierro Majadahonda (IDIPHIPSA). Desarrolla su actividad docente como Profesor Asociado de la Universidad Autónoma de Madrid. 

*Blasco-Fontecilla, H. (2022). Guía práctica sobre el suicidio y conductas relacionadas. Madrid: Editorial Síntesis.

**Li, C., Wang, P., Martin-Moratinos, M., Bella-Fernadez, M., & Blasco-Fontecilla, H. (2022). Traditional bullying and cyberbullying in the digital age and its associated mental health problems in children and adolescents: a meta-analysis. European Child & Adolescent Psychiatry(Submitted)