Un estudio muestra las trayectorias temporales y espaciales de las llamadas al 112 por suicidio en la ciudad de Valencia
Por Miriam Marco.
Un estudio realizado por un equipo de investigación de la Universidad de Valencia, financiado por el Observatorio Social La Caixa, ha examinado la distribución espacio-temporal de las llamadas de emergencia al 112 relacionadas con el suicidio en la ciudad de Valencia entre 2017 y 2022. Durante este período de seis años, se registraron 10.030 llamadas relacionadas con el suicidio, con un 40,1% correspondientes a hombres y un 59,9% a mujeres.
Los resultados revelan una clara tendencia al alza en el volumen de llamadas, pasando de un promedio mensual de 350 en 2017 a más de 600 en el segundo trimestre de 2022, trimestre en el que alcanzó su punto máximo. Se destaca un cambio significativo en el patrón durante 2021, donde el incremento se hace más pronunciado tanto para hombres como para mujeres. En cuanto a la estacionalidad, se observa un aumento en las llamadas de hombres durante el segundo trimestre (de abril a junio), mientras que en las mujeres este incremento se registra en el tercer trimestre (de julio a septiembre).
El análisis por grupos de edad señala un incremento relevante en las llamadas por suicidio entre adultos jóvenes de 18 a 23 años. Sin embargo, al examinar por género, se evidencia una diferencia sustancial: son las mujeres quienes experimentan el mayor aumento de llamadas en estas etapas tempranas de la adultez. Por el contrario, aunque también se observa un aumento entre los hombres de este rango de edad, la mediana de edad aún muestra una mayor incidencia de llamadas a finales de 2022.
Además, el estudio examina las variables del vecindario relacionadas con una mayor incidencia de llamadas de emergencia por suicidio. Los resultados apuntan a que, en general, se producen más llamadas en áreas con bajo nivel educativo, alta movilidad residencial, baja densidad de población, mayor envejecimiento de la población y un alto porcentaje de población inmigrante. Sin embargo, al considerar el género, los resultados varían: en el caso de los hombres, la proporción de personas que viven solas emerge como un factor relevante, mientras que el porcentaje de población inmigrante no lo es. En cambio, en las llamadas relacionadas con mujeres, el nivel educativo y el porcentaje de personas que viven solas no es relevante, mientras que sí lo es el porcentaje de población inmigrante. Estos hallazgos subrayan la importancia de incorporar la variable del género al investigar los factores contextuales asociados al suicidio.
El estudio también muestra la distribución espacial a lo largo de los diferentes trimestres analizados mediante mapas del riesgo en la ciudad de Valencia. Los patrones espaciales cambiaron considerablemente a lo largo de los periodos temporales examinados, con un aumento generalizado en el riesgo. Sin embargo, al tener en cuenta el género de las personas en crisis, los mapas muestran patrones distintos. La metodología empleada en este estudio permite identificar las áreas con una persistente alta incidencia de llamadas a lo largo del tiempo, así como aquellas que han incrementado o disminuido el volumen de llamadas, y explorar los factores comunitarios implicados en dichas variaciones. Estos resultados pueden ser de gran utilidad como herramienta para evaluar la efectividad de estrategias locales de prevención del suicidio, facilitar una distribución más eficaz de los recursos de emergencias destinados a la prevención y monitorizar la evolución de las llamadas a largo plazo para ajustar las medidas preventivas de manera oportuna y efectiva.
Referencia al trabajo original: Marco, M., López-Quílez, A., Sánchez-Sáez, F., Escobar-Hernández, P., Montagud-Andrés, M., Lila, M. & Gracia, E. (2024). The spatio-temporal distribution of suicide-related emergency calls in a European city: Age and gender patterns, and neighborhood influences. Psychosocial Intervention, 33(2), 103-115. https://doi.org/10.5093/pi2024a8