Desafíos en la prevención del suicidio en el contexto de la educación secundaria

La jornada ‘Desafíos en la Prevención del Suicidio en el Contexto de la Educación Secundaria’ celebrada el día 12 de septiembre de 2023, logró reunir a casi un centenar de personas en la Universidad Complutense de Madrid, para hablar sobre el suicidio de los/as jóvenes en España.

Esta jornada propuesta por la Plataforma Nacional para el Estudio y la Prevención del Suicidio y el grupo EPISAM (Grupo de Investigación en Epidemiología Psiquiátrica y Salud Mental), con Alejandro de la Torre Luque y Patricia Díaz Carracedo a la cabeza de la organización, contó con la participación de profesionales especializados en la conducta suicida de gran interés y relevancia.

Cada uno de los/as ponentes a través de su experiencia y posición, ofrecieron una perspectiva amplia y de gran valor sobre la situación actual que viven los/las adolescentes en nuestro país. Dª Mercedes Navío, como representante de la Consejería de Salud; y D. José Antonio Luengo Latorre, representando a la Consejería de Educación, inauguraron la jornada, de la mano de Javier Arias, Decano de la Facultad de Medicina de la UCM, además, presentaron la problemática de la conducta suicida desde una mirada más institucional.

A partir de ahí, se dio paso a una enriquecedora combinación de intervenciones que, desde diferentes enfoques (teóricos, prácticos, estadísticos e incluso experiencias vitales reales), permitieron a los asistentes configurarse una fotografía real de qué es y cómo impacta la conducta suicida en los/las jóvenes.

 Javier Muñoz, integrante del equipo de intervención psicosocial de la Policía Nacional, ofreció una visión general sobre el trabajo realizado por las fuerzas de seguridad del Estado en este ámbito. Además, enfatizó sobre la importancia de tener en cuenta los factores de riesgo y las señales de alarma a la hora de identificar conductas suicidas en los/las menores.

Por su parte, Ignacio Paredero huerta, representante de la Federación Estatal LGTBI+, compartió los resultados de una serie de estudios y encuestas realizadas recientemente y que volcaban conclusiones de gran calado en el contexto del aula.

Por otro lado, integrantes del grupo EPISAM, como Adriana García, Wala Ayad y Verónica Fernández, dieron a conocer los estudios sobre la identificación de conducta suicida en población juvenil que se están desarrollando en este grupo. También expusieron el programa SAM, un programa de intervención de la conducta suicida llevado a cabo en el Hospital Clínico San Carlos.

Desde el contexto de intervención psicosocial, Patricia Díaz Carracedo, Directora de un Centro de Apoyo a las Familias, recurso perteneciente a la red municipal del Ayuntamiento de Madrid, abordó el cómo intervenir con menores que manifiestan conducta suicida, tanto desde el contexto educativo como desde las propias familias.

El cierre de la jornada se realizó a través de una mesa redonda en la que participaron profesionales de diferentes ámbitos: orientación educativa, contexto socio-comunitario, equipos docentes y familias. Todos/as ellos/as compartieron sus vivencias ante esta problemática, subrayando las dificultades, limitaciones y escasos recursos existentes para poder afrontar la conducta suicida en los/as jóvenes, generando un activo debate con los asistentes a la jornada.

 Por otro lado, entre las ideas que más se repitieron durante esta tarde, destacar la necesidad de “tejer redes” entre todos los agentes sociales, entidades y recursos implicados en población infanto-juvenil, para poder abordar, de manera coordinada, una problemática tan compleja y transversal como la conducta suicida. Asimismo, se destacó el trabajo y esfuerzo que todos/as los/as profesionales vienen realizando para identificar y prevenir la conducta suicida, poniendo en gran valor su entusiasmo y empeño particular, pero precisamente este hecho dejó en evidencia la enorme necesidad de contar con un sistema institucional, es decir, con un andamiaje sólido de recursos económicos, humanos y administrativos que sostengan todo este trabajo individual (“cuidar al cuidador”), con el fin de poder garantizar su continuidad y su excelente contribución en esta problemática que nos compete a todos y todas.

 

La conducta suicida es compleja, es multicausal, es transversal y es real, de manera que ni podemos mirarla de reojo ni entenderla como una moda. Ningún/a joven debe sentir que la única salida es quitarse la vida, no puede mirar a su alrededor y no encontrar ningún apoyo, ninguna ayuda. Junto a ese/a menor ha de haber una red de recursos, desde todos los ámbitos intervinientes en su desarrollo psicoevolutivo, que le tiendan una mano sobre la que sujetarse para emprender sus siguientes pasos. En definitiva, ningún/a joven debe sentirse solo/a ante la conducta suicida porque, entre todos/as, debemos tejer las redes que les sostengan y les ayuden a crecer física y emocionalmente.