¿Pueden los servicios sanitarios ayudar a detectar riesgo de suicidio?

Una proporción significativa de las personas que mueren por suicidio acuden a los servicios de atención primaria y de salud mental durante el último año antes de suicidarse

El sistema sanitario es una herramienta esencial en la intervención y prevención de la conducta suicida ya que un alto porcentaje de personas que mueren por suicidio han acudido durante el último año a consultas de atención primaria o centros de salud mental. De esta forma, representa un entorno propicio para poder detectar factores de riesgo y protección de las personas en riesgo, además de para la implementación de estrategias específicas.

Un estudio transversal realizado con los datos de muerte por suicidio en Extremadura en los años 2019, 2020 y 2021 ha evidenciado que aproximadamente la mitad de las personas que se suicidaron en este periodo de tiempo, acudieron a servicios de atención primaria o de salud mental. A este respecto, el estudio destaca que las personas que tenían algún trastorno mental eran las que más solicitaban estas consultas (97,9%). Por el contrario, únicamente el 2,1% de las personas sin diagnóstico habían acudido a consultas de atención primaria o de salud mental en el último año.

Respecto a la muestra con diagnóstico de trastorno mental que solicitó asistencia, el 67,3% lo hizo en atención primaria y el resto con salud mental. Se observaron, además, diferencias respecto al sexo, acudiendo en mayor proporción las mujeres (54,2%) a los servicios especializados, que los hombres (32,8%), los cuales solicitaron más asistencia en los servicios de atención primaria. Por edades, las personas entre 40 y 69 años fueron más frecuentemente a servicios de salud mental.

Es importante, además, el resultado que han encontrado los autores respecto al tiempo trascurrido entre la muerte por suicidio y la última visita. Así, el 60% de las personas que solicitó asistencia en un centro de salud mental, lo hizo en los tres últimos meses, diferenciándose de los que acudieron a servicios de atención primaria, los cuales lo hicieron en el último año.

Es destacable, la diferencia observada en los tres años de estudio 2019, 2020 y 2021. Los resultados de este estudio indican que, durante 2020, las personas que se suicidaron hicieron un mayor uso de los servicios de salud mental en comparación con los años anteriores. Los autores destacan que este resultado podría estar relacionado con el aumento de los problemas de salud mental observados tras el período de confinamiento. 

Esta investigación confirma que, en la región de estudio, Extremadura, existe un gran número de personas sin antecedentes psiquiátricos que mueren por suicidio cada año y que, además, hacen muy poco uso de los servicios de salud durante el año o los meses anteriores. Con estos resultados, se evidencia la existencia de un grupo de personas en riesgo de suicidio que son difíciles de identificar y, en consecuencia, bastante difíciles de prevenir desde el ámbito sanitario. Asimismo, se determinan características específicas (diagnóstico, grupo de edad y cuándo se realizó la última visita) asociadas a personas que acuden a servicios especializados de salud mental. 

A partir de los resultados obtenidos, se destaca la necesidad de formación de los profesionales sanitarios en la detección e intervención de las conductas suicidas como estrategia preventiva eficaz. Además, se evidencia la necesidad de una revisión adicional de pautas como el tiempo de consulta, en atención primaria 6 minutos por paciente, tiempo insuficiente para realizar un buen abordaje en estos casos, siendo necesaria una evaluación continua del riesgo, una intervención directa y un seguimiento a largo plazo.

 

Referencia al trabajo original: Puig-Amores, I., Cuadrado-Gordillo, I., & Martín-Mora-Parra, G. (2023). Health Service Protection vis-à-vis the Detection of Psychosocial Risks of Suicide during the Years 2019-2021. Healthcare (Basel, Switzerland)11(10), 1505. https://doi.org/10.3390/healthcare11101505