SUICIDIO EN NAVARRA: COORDINACIÓN CON EL INSTITUTO NAVARRO DE MEDICINA LEGAL
AUTOR: Adriana Goñi Sarriés
En Navarra, la coordinación con el Instituto Navarro de Medicina legal (INML) en relación con el suicidio es antigua. Forman parte de la Comisión Interinstitucional de prevención de la conducta suicida desde su origen en 2014 y, en este contexto, han compartido datos anonimizados de los fallecimientos por suicidio. Estos datos consisten en fecha del fallecimiento, sexo, edad, método, localidad y juzgado.
A partir de 2020, bajo resolución administrativa del director gerente del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea se designan los responsables del registro de suicidios consumados de Navarra. Amparado por la Ley Foral 17/2010, de 8 de noviembre, de derechos y deberes de las personas en materia de salud, que promueve la puesta en marcha de sistemas de registro de sucesos adversos en el sistema sanitario de Navarra de conformidad con la legislación vigente.
El registro tiene como objetivos:
Establecer un sistema de aviso a los responsables de los casos de suicidio que se producen en la comunidad.
Conocer en tiempo real la realidad inmediata.
Fomentar la mejora continua mediante la gestión de riesgos.
Realizar intervenciones de postvención.
El registro se alimenta en primera instancia por el INML y es completado con datos sanitarios obtenidos de la Historia Clínica Electrónica. Se registran una serie de datos como son: contacto con la red pública de salud mental actual y en el pasado, contacto con los servicios de urgencias psiquiátricas la semana anterior al fallecimiento, intentos previos de suicidio registrados en historia clínica, diagnóstico de salud mental si lo hubiera, fecha del último contacto con servicio de salud mental público, fecha del último contacto con atención primaria y lugar del fallecimiento.
Esta nueva forma de trabajar ha permitido seguir en tiempo real la evolución durante estos dos años de pandemia. En el gráfico se muestra el seguimiento del número de casos absolutos ocurridos por mes. Se recoge el año 2019 como un año estándar. El año de la pandemia 2020 que, como ya recoge la literatura (Botchway & Fazel, 2021), se produjo un descenso marcado en los meses de marzo, abril y mayo coincidentes con el confinamiento, aumentando significativamente en junio y julio, para volver a descender y hacer un repunte en diciembre. El año 2021 se ha mantenido con unas cifras altas para esta comunidad y ha terminado con un incremento del 32% respecto a 2020. Así mismo, hemos asistido a una disminución del 13% en el contacto con la red pública de salud mental en 2021 respecto a 2020. Continuamos monitorizando 2022.
Botchway, S., & Fazel, S. (2021). Remaining vigilant about COVID-19 and suicide. The Lancet Psychiatry, 552–553. https://doi.org/10.1016/S2215-0366(21)00117-6